Caracas

jueves, enero 12, 2006

Caracas aislada


Caracas es un valle, cuya principal conexión con el mundo se encuentra en el Aeropuerto Internacional de Maiquetía ubicado en La Guaira, Estado Vargas. Empero la negligencia atropella el sentido lógico y un problema advertido es hoy una tragedia. El costo de la vida, ya bastante elevado, sin duda, se multiplicará tantas veces como kilómetros hay entre la capital y Puerto Cabello, destinado a convertirse en la principal entrada portuaria del país, sin que su estructura esté preparada para ello. Y si tomamos en cuenta en que en estas latitudes lo "provisional" tiene rostro de definitivo, nuestra ciudad se convierte poco a poco en un vejestorio plagado de remiendos improvisados...una elegante dama venida a menos que emparcha su ropa e intenta conservar la mirada altiva que recuerda los tiempos de gloria. Caracas se va quedando sola y aislada, mientras miramos impávidos la construcción de nuestra propia tragedia.

jueves, diciembre 15, 2005

El Sambil: un tótem urbano

Caracas ha borrado sistemáticamente sus referentes históricos, en aras de la modernidad, los viejos edificios fueron derribados. Entre humo y concreto se olvidó la plaza Bolívar y el centro comercial reina como el espacio público por excelencia Una masa de 250 mil metros cuadrados de cemento, hierro, vidrio y metal se erige incólume entre la Avenida Libertador y la Autopista del Este como verdadero símbolo de la caraqueñeidad. Desde su inauguración el 27 de marzo de 1998, el Centro Comercial Sambil —el mall más grande de Latinoamérica— se ha convertido en el principal centro de esparcimiento de la ciudad capital. El Sambil se explaya sobre 49 mil metros cuadrados, y está conformado por cinco niveles, denominados en orden ascendente: Autopista, Acuario, Libertador, Feria y Diversión. En ellos conviven 500 locales comerciales, distribuidos a lo largo de los 6 kilómetros de recorrido que suman los pasillos en forma de “m” de la extensa infraestructura. De la totalidad de visitantes, los más asiduos son jóvenes entre 18 y 24 años de las clases A y B, quienes suelen pasar entre una y dos horas dentro del mall, y conforme a la Encuesta de Consumo Cultural 2004 realizada por la Fundación para la Cultura Urbana, ha convertido en la “salida al cine” y al “fast food” en la actividad recreativa por excelencia. Opciones ampliamente cubiertas por la oferta de las onces salas de cine que suman 1.400 puestos disponibles, y los ocho restaurantes de comida rápida que se ubican en el cuarto piso de este centro comercial, explican el promedio de treinta mil visitas por día. El promedio de consumo por visita alcanzó para 2004 los 33 mil bolívares, cantidad sustancialmente menor a los 34 mil bolívares que se gastaban en 2003 si se toma en cuenta la inflación. No obstante, el Sambil parece seguir siendo el sitio preferido por los caraqueños, quienes, aun cuando sólo van de visita, gastan 19 mil bolívares en servicios o comestibles. Para Arnold Moreno, presidente de Cavececo, “es muy difícil que algún centro comercial logre compararse con el Sambil, lo que se ha logrado allí ha marcado un estándar muy difícil de superar”.

http://caracasimaginada.blogspot.com/2005/12/guettos-urbanos.html

Guettos urbanos

La Encuesta de Consumo Cultural llevada a cabo por el sociólogo Tulio Hernández en 2004 arroja que la actividad predilecta de los caraqueños es la “salida al cine”. Entre las causas que explican la predilección de los espacios cerrados en una ciudad cuyo clima permite cualquier clase de actividades al aire libre, se encuentran la inseguridad y la desaparición o deterioro de las plazas públicas, otrora el sitio preferido de encuentro.

La Caracas de antaño se caracterizó por sus ventanales y la costumbre de las señoritas de sentarse en el balcón, ritual que iba acompañado de una serie de complejas normas orientadas a preservar “la moral y las buenas costumbres”. Los paseos por la plaza o el mercado eran las más ricas actividades de interacción social, los roles y estatus se desplegaban en todo su esplendor, se expresaban mediante los modos de vestir y de hablar.

Hoy en día, la plaza es sinónimo de violencia y los intercambios que tienen lugar no son miradas y saludos corteses, sino contrabando de drogas y armas. Sitiada la ciudad, la población fue obligada a resguardarse en el centro comercial o en la intimidad del hogar, hecho este que sumado al predominio del american way of life multiplicó los malls, erigidos en cómodos ghettos de los cuales parece imposible escapar.

jueves, diciembre 01, 2005

El gran demoledor

Mirar es una necesidad. Descubrir el espacio y dotarlo de sentido es una tarea esencial. Hoy miro, pero el sentido comienza a deslizarse hacia el abismo y no logro dar con él. La ciudad vestida de diciembre luce sus mejores galas. Seducida irremediablemente trato de acercarme. Un hilo descose sus faldas y al halarlo la fantasía se desvanece: Caracas no lleva su mejor atuendo, está atrapada en su mortaja. Se está cayendo a pedazos, silente, sin que nadie intente deterner lo que parece ser un destino inevitable.

Alguna vez Cabrujas se enorgulleció de pertenecer a una "ciudad de demoledores", que se reinventaba a sí misma con lujosas edificaciones que barrían la Historia como si fuese un estorbo. Durante el auge del boom petrolero, las nubes de nuestra urbe eran de cal y cemento, no de vapor espeso. Hoy seguimos deconstruyendo, solamente cambiamos los métodos: ya no es el hierro que golpea, nuestra indeferencia es el gran demoledor.

jueves, noviembre 24, 2005

El tráfico caraqueño: ¿modus vivendi?

Caracas es una ciudad pensada para los autos, no para la gente. La velocidad de desplazamiento priva sobre el espacio público. De ello cabría suponer que los llamados "corredores viales" son eficientísimas vías de comunicación que permiten atravesar la ciudad a ritmo industrial, es decir, en un período mínimo de tiempo. Sin embargo, esa no es la realidad con la que día a día miles de conductores tienen que lidiar. La densidad de población y no la breve extensión geográfica del valle, que acurruca a los conglomerados urbanos, es la causa de que cada vez más sintamos nuestro espacio reducido, invadido por una voraz multiplicación de automóviles y de personas. Las soluciones al problema han ido desde las más descabelladas que imaginan segundos pisos en la autopistas, modernos monorrieles hacia las llamadas ciudades satélites; hasta las pragmáticas y peor recibidas como el Plan pico y placa —diseñado para controlar de acuerdo con el número de matrícula de los vehículos el flujo aumotor por la siempre congestionada autopista de Prados del Este—. En este punto, cabe preguntarse si la falta de soluciones por parte del gobierno local obedece a una deliberada desidia o si la cola (como se llama en Venezuela a los atascamientos) se ha convertido en parte de nuestra identidad.

http://www.el-nacional.com/caracas/11.asp

jueves, noviembre 17, 2005

Sahara Caracas

Caracas es una ciudad voluble, hasta en su clima. No hay leyes que parezcan tener sentido para predecir el estado del tiempo. Una mañana gélida no necesariamente nos libra de un mediodía donde el asfalto parece comenzar a bullir, la visión se torna borrosa y la fatiga se apodera automáticamente de nosotros. Quien viva en esta ciudad sabe que un día de calor puede trasportarnos al Sahara, y que un día lluvioso multiplicará el caos en la ya maltrecha infraestructura vial. Sin embargo, esta ciudad embriaga, nos envuelve en su acelerado ritmo y de alguna forma inexplicable nos obliga a quererla, a añorar la dosis diaria de adrenalina que nos obliga a volver aunque sea de visita. Fatídicamente bella, Caracas es un lugar que se apodera de un pedazo de memoria de sus visitantes y que es parte del alma de sus habitantes. Basta mirar en cualquier lugar del globo y el caraqueño podrá ser distinguido a leguas por su ritmo acelerado, ese es el legado de una urbe incomprensible donde el sol agobia a su antojo, impredeciblemente…cuando le conviene.

jueves, octubre 27, 2005

Caracas

Caracas es una ciudad compleja, odiada y amada a un mismo tiempo. Es femenina, con todas las consequencias que acarrea: seductora, misteriosa, caprichosa, fértil. Se acurruca a los pies del Ávila, pero nunca duerme.